Seguridad Nacional: evolución y enfoques
Históricamente, los conceptos sobre Seguridad Nacional están asociados al Estado, al poder y a las Relaciones Internacionales. Cuando indagamos sobre su evolución, no podemos escapar a los diferentes enfoques que del concepto se tiene. Así, Martha Bárcena identifica tres corrientes: -Tradicionalistas, que restringen el concepto a temas castrenses y de uso de la fuerza. –Amplicionistas, que agregan a los asuntos militares, aspectos sobre neutralización de conflictos o situaciones de nuevas amenazas. –Críticos, que además de las anteriores, consideran a la Seguridad Nacional como una construcción social que toma al individuo como referente principal.
Por su parte, Lorenzo Cotino prefiere relacionar la Seguridad Nacional con el poder y su legitimidad, señalando en ese sentido tres visiones: -Individualista, que destaca la concepción de la organización política como la responsable de preservar la seguridad del individuo. –No individualista, que justifica la existencia de una organización política casi exclusivamente en la seguridad o en la paz. –Realista, que exalta el empleo de la fuerza militar, el nacionalismo y consideran la construcción del Estado o al Estado en sí, como fines últimos.
El mismo Cotino, plantea otro enfoque de la Seguridad Nacional, relacionándolo con la paz, el orden y la convivencia. Establece cinco tipos de relaciones: -La paz del terror, donde el que detenta el poder, lo emplea para someter a otro, sea por su amenaza de uso o por su uso, a fin de lograr un orden y una convivencia social pacífica. Se alcanza una sensación de seguridad a través de la coerción, en caso de que no funcionaran los mecanismos de legitimación del poder. –La paz a través del compromiso, que se da en ámbitos donde hay más actores que comparten el poder. Se busca la seguridad a través del consenso para la solución de conflictos. -La paz por medio de un árbitro, que normalmente es el Estado y la soberanía. Para ello se apela a valores subjetivos (intereses nacionales, voluntad general, etc.) propuestos y llenados de contenido por los detentores del poder, normalmente de acuerdo a sus intereses. -Legitimando la Seguridad del Estado como prioritario, que pone en menor nivel la seguridad de la comunidad política y de los individuos, para lograr un orden y una paz social. –Haciendo del Estado un organismo vivo superior, relación que genera la concepción de “razón de Estado”, necesaria para asegurar su supervivencia y prevenirlo de “enfermedades”.
Hugo Palma, apoyándose en su experiencia de diplomático de carrera, prefiere relacionar Seguridad Nacional con las Relaciones Internacionales. En tal sentido, plantea la existencia de tres escuelas: -Escuela Realista, que prioriza a los Estados, sus intereses y al poder como fines por asegurar (normalmente con el poder militar), en razón que el ámbito internacional es anárquico, hay desconfianzas entre Estados y se pone énfasis en la soberanía territorial. La seguridad se expresa en “balance de poder” o “equilibrio militar”. –Escuela Idealista, confía que los Estados pueden prevenir sus conductas a través de normas jurídicas y las Relaciones Internacionales, sea para anticipar o solucionar conflictos, para la cooperación o para garantizar la paz. –Escuela Constructivista, plantea la idea que la seguridad es definida por el discurso de quienes detentan el poder y por las realidades sociales en permanente cambio. Esta escuela señala que la seguridad prioritaria es la de las personas y que los Estados, probablemente, no tienen ni la capacidad ni la voluntad de garantizarla (por su costo).
Otro estudioso, Barry Buzan, revaloriza los niveles de análisis y explica las percepciones y preocupaciones sobre la seguridad, a partir de su “teoría de los complejos de seguridad”. En ella establece cinco niveles (del superior al inferior) que deben tomarse en cuenta al tratar sobre la seguridad: -Sistema Internacional o ámbito global (Ej. ONU). –Subsistemas o relaciones regionales (Ejs. UE, OPEP, OTAN, etc.). -Unidades o actores con coherencia o independencia (Estados o naciones). -Sub-Unidades o grupos dentro de la Unidad (con capacidad de influir en las decisiones, como: las autonomías, regiones, etc.). –Individuos, que actúan por sí solos (en base a su prestigio, poder o fama).
Anteriormente mencioné en otro post, enfoques o perspectivas diferentes sobre la seguridad, tales como las de Walter Lippman, Bjorn Moller, Carlos Gutierrez, Nizar Messari, y Buzán/Waever/de Wilde. Y probablemente habrán otras muchas más, que seguirían agregando complejidad al tema. Esto no hace más que recordar que la Seguridad Nacional demanda la existencia de expertos debidamente capacitados, entrenados y con la experiencia acumulada, para que puedan asumir funciones o puestos con responsabilidad, en los diferentes órganos del Estado, que tenga relación con éstas cuestiones.
Cada uno de estos enfoques a su vez, tiene su propia dinámica evolutiva y están relacionados con los otros enfoques desde diferentes ángulos y disciplinas. Debemos pues, estar claros que la Seguridad Nacional, más propiamente, la Seguridad de un país no es un asunto que se deba tomar superficialmente y menos dejarla en manos de inexpertos o ilusos. Se trata de nuestra seguridad, de la tranquilidad de todos los ciudadanos. Es nuestro derecho de vivir en paz, trabajar en paz, crecer en paz y desarrollarnos en paz. Eso sólo se logra cuando tengamos una verdadera sensación y percepción de estar libre de amenazas, o al menos protegidos contra ellas.