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¡Cómo comenzar a cambiar! (1ª parte)

Publicado: 2011-02-14

En nuestro país no se ha cultivado la formación de gente con pensamiento creativo, y las FFAA no son una excepción. Más aún, su cultura fomenta el pensamiento lineal y secuencial, estimulado por las características institucionales siguientes:

-Las tradiciones arraigadas fomentan el conformismo o hacen que el “pasado sea perfecto”. Por ejemplo no hay espíritu de crítica a la doctrina oficial. A pesar que sabemos que es obsoleta, aún se enseña en las escuelas. El creer en la supremacía de unas armas sobre las otras es también una tradición que limita el reconocer gente de pensamiento creativo en cualquier especialidad.

-Exigimos obediencia estricta una vez que se ha tomado la decisión, esperando que todos ejecuten las órdenes sin más discusión, pues esa fase (la discusión) fue durante el establecimiento de formas de acción.

-No somos muy llanos a tomar riesgos, aunque intuimos que a veces son preludios de grandes éxitos, también lo son de grandes fracasos, esto último lamentablemente ha primado por no saber tomar riesgos calculados.

-Tenemos poca tolerancia para manejar informes contrarios a las opiniones que nos hemos formado. Sencillamente no les damos crédito, los desechamos, o “atacamos” a los que las producen, sin analizarlas.

-Las  estructuras organizacionales, muy formalizadas y jerarquizadas, hacen lenta la transición de asimilar nuevas tecnologías y doctrinas.

Un experto conceptualizó el pensamiento creativo como “un método de evadir, circunvalar o superar a través de la reflexión a los obstáculos que de otra forma tendrían que atacarse frontalmente con una gran fuerza”. Las personas de pensamiento creativo son de mentalidad liberal, no permiten ningún conflicto con la disciplina, la obediencia o la conformidad. Ellas inventan o conciben cosas que se pueden usar. La mayoría de los militares tienen estas habilidades, pero se inhiben o el sistema educativo las suprime. Algunos estudiosos señalan que la creatividad puede subdividirse en dos grupos de habilidades inventivas: la creatividad deductiva y la creatividad dinámica. La primera es la forma más común y consiste en la habilidad de reunir diferentes hechos o ideas y luego buscar cuidadosamente las relaciones entre éstas. La segunda es un grupo de habilidades raras, que se hace evidente cuando la mente concibe una idea casi espontáneamente, en especial durante los tiempos de crisis o peligro acelerado.

Nuestras FFAA puede concentrar a la creatividad  si los líderes estratégicos aprenden a seleccionar soldados de todas las jerarquías con habilidades dinámicamente creativas, desarrollar planes de capacitación que privilegien habilidades creativas  deductivas y fomentar un clima que promueva el uso de ambos grupos de habilidades. Cómo hacerlo es un reto, hay caminos y ejemplos de otras FFAA que ya lo vienen haciendo. Las habilidades creativas son recursos valiosos para cualquier FA, que pueden emplearse y desarrollarse o desperdiciarse y pervertirse. Si se estimulan, los líderes estratégicos llegarán más fácilmente a soluciones mejoradas, que en tiempos de paz significan mejor planeamiento y mejor distribución de los recursos escasos. Los soldados, de todas las jerarquías, que están estimulados a que ejerciten sus habilidades creativas, se sentirán más satisfechos y se entregarán más para hacer de nuestras FFAA las mejores.

Las oportunidades para el cambio siempre están presentes. El conservador que se adhiere a lo viejo y conocido se pone en desventaja frente a su competidor o amenaza, quién si puede estar dispuesto y de hecho hace innovaciones. Se entiende que mucha gente puede dejar de reconocer las oportunidades para hacer innovaciones, pero será menos obvio el hecho de que el cambio recién ocurrido pase inadvertido. El problema será cómo se interpretan los cambios, aún cuando se ha reconocido el cambio o se ha aceptado su necesidad, mucha gente tiende a malinterpretar las circunstancias producto de sus preconcepciones; consecuentemente, los resultados del ajuste o adaptación al cambio podrían hacer más daño que el no hacer ajuste compensador alguno. El reconocer la necesidad de cambiar acompañado de la aplicación sensata del cambio adecuado, será también una cualidad que deberán tener los líderes estratégicos, si se quiere sobrevivir como institución en un mundo cada vez más cambiante.

Requerimos tanto de pensadores creativos como de líderes estratégicos. Los primeros deberán ser capaces de visualizar lo que puede suceder y expresarlo con visión de futuro. Los segundos deben ser estrategas filosóficos, combinando esa visión de futuro, su propia visión y la receptividad de los miembros de las FFAA hacia esa combinación. Pero para que tengan éxito deberán entender la naturaleza y razones de la resistencia al cambio, que experimentan los militares:

-Primero: Las guerras o conflictos no ocurren con frecuencia. La mayor parte de la carrera de un profesional de las armas se pasa en tiempo de paz, no acumulan experiencia de combate. A diferencia de otros profesionales, tienen relativa experiencia en la práctica de su profesión y la que logran tener es en un nivel o grado diferente del que se encuentran actualmente, lo que conlleva a conservar paradigmas de su mejor rendimiento.

-Segundo: En la guerra la incertidumbre y el caos son predominantes, pero un hombre sólo puede soportar una cantidad limitada de ello durante su preparación; de ahí que para manejar esto, las FFAA establecen mecanismos y métodos sencillos, ordenados y de rutina que ejercen una función síquica de reducción del sentido de confusión en combate. Esta necesidad de estabilidad y rutina contribuye al rechazo al cambio.

-Tercero: Diversos estudios socio-sicológicos y la experiencia, nos indica que la gente que opta por la profesión de las armas, en un gran porcentaje, lo hace motivado por la búsqueda de la seguridad, la estabilidad, y por la sencillez y orden de esta profesión. Este tipo de personas tienden a moverse hacia un medio-ambiente donde se acentúan los reglamentos y deferencia estricta a las prerrogativas de la jerarquía. Pueden tener éxito en la carrera militar, ascendiendo y ocupando puestos de decisión, pero el temor al fracaso en lugar del deseo por triunfar es lo que motivó a este tipo de personas. Son personas que evitarán tomar iniciativas de cambio, minimizando el riesgo de fracasar. Cuando a pesar de su inacción por no cambiar, fracasan, gastarán sus energías echándole la culpa a los demás.

-Finalmente, como es muy difícil determinar los resultados de cualquier cambio en caso de conflictos, debido a la enorme cantidad de variables que la afectan, los experimentos o simulaciones tampoco pueden considerarlas en época de paz durante los entrenamientos, los experimentos o simulaciones. Esa falta de realismo hace dudar de todos los experimentos, simulaciones y/o pruebas, Los hombres responsables de proponer o liderar cambios estructurales están conscientes de estas limitaciones y se constituyen en frenos inconscientes para establecer nuevos cambios, presentando sólo pequeñas  variaciones cosméticas al statu quo.

En el siguiente post, presentaremos una propuesta para comenzar a cambiar.


Escrito por


Publicado en

Andrés Acosta

General del Ejército Peruano en retiro