Bandas criminales y grupos guerrilleros
Por: Alejo Vargas Velásquez*, Medellín, 2/3/11, El Colombiano
Pareciera que estamos entrando en una tendencia preocupante, maximizar una amenaza a la seguridad, las llamadas 'bandas criminales' y eventualmente repetir una historia que ya vivimos en el gobierno anterior. El gobierno Uribe centró su preocupación, en cuanto hace a la seguridad, en una amenaza: las Farc, y su política de seguridad y defensa terminó siendo, seguramente con buena intención, por así decirlo 'farcocéntrica' y esto llevó a que se descuidaran otros factores de inseguridad, como lo fueron los grupos paramilitares y sus sucesores.
Eso es lo que está hoy día teniendo que enfrentar el actual gobierno. Adicionalmente, ideologizando el problema Farc y, en esa medida, creando un ambiente de rechazo en la opinión, que fue positivo, pero que pudo eventualmente llevar un mensaje equivocado a miembros de la Fuerza Pública, que la derrota de las Farc justificaba cualquier tipo de alianza o colaboración -la cantidad de miembros de la Fuerza Pública investigados por colaboración con las 'bandas criminales' podrían ser un reflejo de ello, además de las prácticas corruptas presentes en muchos espacios de la vida social-.
Lo anterior lleva a señalar que el gobierno Santos debe enfrentar los problemas de seguridad en sus amplias manifestaciones y sin ideologizaciones, no puede caer en la misma lógica del gobierno anterior, ahora minimizando el problema guerrillero -más allá de que es verdad que el año anterior produjeron más hechos de violencia las 'bandas criminales'.
Hay necesidad de considerar los tres grandes campos generadores de inseguridad y a los actores de cada uno de ellos se debe enfrentar, así como a su entorno. El problema de los actores guerrilleros debe continuarse enfrentando, fundamentalmente con las Fuerzas Militares, pero con estrategias diferentes que en el pasado.
Si hoy día su manera de actuar es la de pequeñas unidades que buscan 'golpear y huir', ya sea usando minas o francotiradores para hacer hostigamiento a la Fuerza Pública y mostrar presencia en determinados territorios, la respuesta debería ser con unidades militares pequeñas especializadas y con un gran apoyo de inteligencia.
Simultáneamente deben intensificarse las tareas de ganar confianza con la población y en esto es probable que una adecuada aplicación de la ley de apoyo a las víctimas y la ley de restitución de tierras pueden ser un apoyo fundamental, junto con un respeto por la población y sus derechos, sin estar viendo en cada habitante un posible aliado de la subversión.
A las 'bandas criminales' debe combatirlas fundamentalmente la Policía Nacional, partiendo de la base que son en buena medida herederas directas de los grupos paramilitares, aunque puedan tener algunas formas de actuar menos contrainsurgentes y más tendientes a ser brazos de la actividad del narcotráfico, aunque en algunas regiones sigan amedrentando a líderes sociales -de los desplazados o de las víctimas-.
En ese sentido, además de la actividad de inteligencia, que la Policía Nacional ha demostrado en el pasado que sabe hacer bien, unidades élites con capacidad de movilidad y adicionalmente acompañado lo anterior con una fuerte campaña desde el Gobierno Nacional que identifique a estos grupos delincuenciales en el mismo nivel de rechazo y peligrosidad que los grupos guerrilleros y, por supuesto, con una acción del Estado en su conjunto que cree condiciones para el desarrollo y la inversión generadora de oportunidades.
En el campo de la inseguridad urbana, la Policía Nacional, junto con las autoridades locales y regionales, debe liderar unas estrategias que fortalezcan la importancia de la participación ciudadana para combatir la inseguridad, junto con estrategias de lucha especializada contra bandas organizadas -que pueden ser prolongaciones o bien de 'bandas criminales' o de expresiones del crimen transnacional, o aún de grupos guerrilleros-, e igualmente estrategias disuasivas contra la delincuencia ocasional, acompañadas de políticas sociales, especialmente de generación de empleo para los jóvenes.
* Profesor Universidad Nacional